Estaba muerto de vida, se me había ido la esperanza de escribir
Y aquellos proyectos que tenia en mente se me hacían mierda
(Universidad, viajes, cursos, amores, desamores, todo), no sabia si existía o dejaba de existir solo me interesaba respirar. Por suerte que el supremo nunca olvida y como noticia repentina y difícil de creer, aunque no lo puedas imaginar me diste el animo para tomar nuevas riendas de mi vida.
37 semanas no son nada para aquel que no tiene que ofrecer sin embargo yo te esperaba como si fueses a usurpar el puesto de aquel salvador del mundo que hace muchos años prometió volver y aun seguimos en su espera sin desesperar.
Pero tu caso era contrario a esto mi desesperación era mas que eso, era esperanza de alegría. Mientras discusión de tu nombre y que aprenderás primero a decir: mama, tío o a encender un computador eran toda mi preocupación, nunca pensé en aquellos compañeros malignos que ocupaban tu espacio que aun estando ahí primero que tu estaban apropiándose de tu lugar.
37 semanas no son nada para el que no tiene nada que ofrecer, pero ya pasadas estas empezaba un nuevo conteo, mi preocupación ya no existía había decidido por ti, manejarías el computador antes de hablar, a lo mejor este blog iba a ser mas visitado. No agradezco a la Dra. Amiga que en su diccionario el sentido de la palabra bien significa 1 día de vida. Ahora ese día de vida en el que no te conocí en persona me hace apersonarme a lo desconocido.
37 semanas no son nada para aquel que tiene que ofrecer y ahora se ha quedado sin quien darle. Una lágrima no la necesitas, mas las alegrías que te había guardado te las envió en oración y llévalas como tu regalo de cada cumpleaños que ya había planeado para ti. Gracias por hacerme entender el sentido de la vida.
Dedicado a todos los Rogers que no pudieron aprovechar su nombre por causas de fuerza mayor o por algún mayor irresponsable que haya provocado la causa.