Mujer real

Ay mujer, la que no tendré vas al-monte y no te encontré.
Ay mujer, nunca sabré lo que fue, que sin conocerte ya te soné.
Ay mujer, mujer, mujer tu nombre no recuerdo ni siquiera cual es.
Ay mujer, de voz angelical, elevas el alma hasta la divinidad
Ay mujer, "arquitecta" de tu propio destino;
no te recuerdo sin embargo te escribo.

Ay mujer, voz y edad de rumbos diferentes;
no sé cual me inspira a conocerte realmente.
Ay mujer, fruto de algunas incógnitas;
dulzura que hace confesar hasta los mas hipócritas.
Ay mujer, que inspiras al hombre;
te sacaré de la sombra y te llamaré por nombre.
Ay Esther, de la tierra que al descubridor asombró;
ahora finge ser tu cuna y yo Cristóbal Colon.

Cuanto Vales?

Vales lo que cuestas, cuestas lo que eres; lo que la vida te ha planteado y has aceptado sino objeción. Nadie pierde su valor a través del tiempo, sino que se desvaloriza por sus acciones hacia con los demás y consigo mismo.

El tiempo pone un precio la vida paga por ello, la incalculable o no fortuna que dejas es la inversión que hiciste con el tesoro que te dieron al nacer.

Nuestro valor es una propiedad intrínseca de los seres vivos, estamos aquí por algo y para algo, una inversión tan costosa no se hecha a la basura. Toma un descanso y vuelve a invertir, pues aunque creas que las bolsas de valores están en picada (moral, lealtad, ética, etc.), es solo especulaciones de aquellos malos inversionistas que quieren que los acompañes en lo profundo del abismo del fracaso.

Donde vivo no es mi vida

Vivo en la calle del numero casa numeral de Dios, donde como todo barrio o residencial capitalino las cosas pasan y se van. Vivo en la misma calle del olvido, donde el amor se acabo a dos casas antes de la mía; mas de 30 años de pareja y Eva se canso de Adán.

Vivo en la calle del machismo donde la amante vive feliz con miles a diarios para gastos y derroches sin responsabilidad ninguna por no asumir mas peso. Haciendo de vista "gorda" ante los deseos expresados del macho man, con traje de hombre serio pero con ropa interior de vagabundo.

Vivo en la calle del respeto donde reside la madre de todos, menos para aquel que quizás por la corta edad a veces olvida a quien se dirige, pero espero que el presente no sea augurio del futuro, esa misma calle donde la honestidad hace amor de lo correcto y odio de lo mal hecho.

Vivo en la misma calle donde el tiempo ya no es lo que era y que ha merecido escritos anteriores, donde un futuro podría repetirse del pasado, con las modificaciones que aporta el tiempo, y un presente parece todo el futuro.

Vivo en esa misma calle donde el pasado no deja de manchar y lo que no se aprendió en el no se puede ejercer en la actualidad, aquí donde el árbol genealógico no esta bien estructurado y es como el platanal, el hijo no es rama del tronco sino otro igual. El respeto se fue de vacaciones sin ticket de regreso y el hombre de asume ser de la casa, mas bien de visita.

Vivo en esta calle, mas mi vida esta a 25 km de mi; en ese lugar donde me esperan a cada minuto y mi llegada o mi ida son bienvenidas siempre y cuando sea por aquello que llaman bienestar.