Definitivamente, algo había salido mal. Sangrando continúe mi andar, sustitui sentimientos por lógica y si algo no tenía sentido le inventaba la fórmula.
Como cerati "entendí todo, menos la distancia". Mientas que el tiempo más que causa fue su efecto, que me regresó a aquel momento, descubrí que fui yo habria cometido el crimen por mi falta de entendimiento, mientras que tú usaste el "botón de pánico de Toledo" para salvar lo que mi mudez llevaba al derrumbadero.
Si hoy vuelvo a ti, la alquimia de tu piel dorada me recordó mi lugar. Y el reloj de oro, su tiempo, comenzará a marcar, para juntos celebrarlo y enfocarnos más allá. Focus.