Me ocupé del mar revuelto, después de ser naufrago. Golpeado y derrotado salí vencido; la paloma que llevaría mi mensaje de socorro era una gaviota que volaba más alla de mi alcance, me obligó a ser fuerte y pagar mi propio rescate.
Cuando dejaste de ser mi constate y te volviste variable, me hice viajero de paso, empaqué lo que sobró mi y erré por los caminos que un día olvidé.