Una elevada montaña que se deshace por las fuertes corrientes de agua que se precipitan sobre ella… A su paso arrastran su fértil tierra hacia los valles, dejándola agrietada y en la roca viva… Ya no podrá crecer la vida en ella.Ese es el fin de las montañas, y ese es el fin de los que se creen en las cumbres… El que esta convencido de estar en la cima, jamás sentirá la necesidad de crecer, de ascender, de enriquecerse de virtudes.
El egoísmo, el mayor propio, la vanagloria de los que se creen, no en la cumbre, sino las mismas cumbres, los ciega y ya no ven hacia abajo, no ven que el valle recibe de las montañas las aguas frescas y la fertilidad.
Para que los valles sean fértiles, tienen que desmoronarse las montañas. Por eso, para ser humildes, tenemos que desmoler las montañas del egoísmo, del amor propio, que nos hacen cumbres altaneras.
¡Derrumba la montaña de tu altanería! porque ahí arriba siempre el agua de la gracia, el amor de dios se desliza… No se para… irremediablemente va hacia lo llano, hacia lo humilde…
¡No esperes más! porque un día te pueden sobrevenir fuertes aguaceros que te derrumben y te dejen en la roca viva, sin vida.
1 comentario:
wow
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