Sábado 23 de agosto 8:45 pm, llovía y se hablaba de una tormenta que salia y otra que entraba. Mientras tanto en el teatro nacional los presentes olvidaríamos las diferencias sociales y eramos unidos por uno que canta a la realidad del amor, la religión y la sociedad: Pedro Guerra.Mientras canciones iban y venían algunos daban gracias a María aquella fuente de inspiración de este canta autor español; en ese momento pensé en la lluvia y en aquellos que le rogaban a la maría, madre de los creyentes y fuente de descarga de problemas de los no creyente, que le ayudase con la lluvia.
Otros un poco mas arriba abrazaban sus marías cercas y a veces distantes. Y es que todos tenemos nuestras Marías: Madre de Dios, virgen de un pueblo, la hermana, la novia, la amiga, la amante, la puta. Solo que no todas satisfacen lo mismo ni niegan lo todo.
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