Un año nuevo ha llegado, desempacando y acomodando sus maletas, tal un dominican-york que trajo para pocos pero le prometió a muchos. Pensar que a todos nos irá bien es de soñadores, pero de sueños se alimenta la realidad, es por eso que les exhorto a todos que no desmayen en sus propósitos, pues en la maleta que siempre se retrasa podría ser en la que se encuentre nuestro regalo.No obstante, nunca habrá perfecto futuro mientras tengamos un pasado sin reparar. Es momento que tomemos un descanso en nuestra agitada vida y repasemos las cosas erróneas que hicimos en el recién pasado más no olvidado año: el vecino que ofendimos, “el anciano” del que nos burlamos, al niño que ignoramos, las responsabilidades que evadimos y todas aquellas cosas que dependieron única y exclusivamente de nosotros y que por ende debemos reevaluar. No podemos perder el tiempo, un año se va tal cual un minuto se esfuma; al terminar este post usted habrá invertido 5 minutos de los 525,600 que conforman un año, así que administre bien el resto y manos a la obra.
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