Crímen Perfecto

No me percaté si te ibas o te venias, aunque de lo último quería ser el responsable, te miraba fijamente. Tu piel color pureza, tus ojos de miel, tu silueta me deslumbró; tan delgada que podía bailar sobre un hilo dental.

Entonces la brisa trajo un hola a mis oídos, mis ojos que miraban a ningún lugar definido inmediatamente se pusieron a tus servicios. Toqué tu mano y te sentí, carne más pura que un ternero para sacrificio, no podía aguantar más.

Fue entonces cuando decidí hablarte y sin enterarme ya te ibas, mientras yo me venia a la realidad y nunca hubo hola, ni un toque, ni un quizás. Solo tú y mis ojos, que crearon la ilusión de lo que pudo haber sido, mi crimen perfecto.

Mi Ignorancia Kamikaze

Me pides que te odie sin nisiquiera haber llegado a amarte, me pides que te olvide sin tener nada para recordarte. Así de irónico es el tiempo, como falaz considerarás mi escrito.

Me pides y lo justificas en que es lo mejor, pero como establecer diferencias si no me has dado a probar lo peor. Entonces, establezcamos culpas sobre la base de inocencias a ver si de una vez y por todas conozco de que se trata la insistencia.

Ya no necesitas pedirme, no complaceré a quien no me ha dado un "por qué ".
No importa lo que ocurra, lo asumiré con mi maltratado orgullo, es mi deber.

La Eva que Evitó el Pecado (Blasfemia del Homo Sapiens Primitivo )

Mujer con el sol en tu cabeza, tu mirada de miel y tu cara de ángel. Has venido a mi cueva y en tu empírico conocimiento de valorado has valorado mis gerogrificos de manera positiva. En mi gratitud, plasmo este evento y regreso a mi cueva después de tanto tiempo.

Mujer con cuerpo de Diva y sonrisa
Divina, quien diría que escribiría a quien responde igual a aquella que una vez fue mi Eva, solo que tu tienes tu Adán un verdadero hijo de Dios.

Mujer, bendecida mujer. En ti Dios demostró su parte de hombre y con aires de celos, no permitió que te alejaras de su casa. Mejor así, quizás hubieses sido la Eva de otro Adán, la musa de este cavernario o la Magdalena de ningún Jesús.

Soñar te Cuesta la Realidad.

Soñé contigo y tu luz me cegó, desperté sin saber que eras tú cuando tu misma me llevabas de tus brazos hacia el camino de la realidad.

Dormí contigo y tu calor me quemó, me levante sin poder caminar mientras tu me dirigias hacia el agua que me daría la vida que se me esfumaba.

Abracé tu cuerpo y tu amor me ahogó, salí corriendo sin poder respirar mientras tu me calmabas y recibía aire lentamente que me regresaba al lugar.

Me alejé de ti y la distancia me asoló, busqué compañía que nunca llegó mientras tu me hacias señas de regresar. En ese momento desperté y estabas a mi lado, solo que no sé si te volveré a soñar.