Mujer con el sol en tu cabeza, tu mirada de miel y tu cara de ángel. Has venido a mi cueva y en tu empírico conocimiento de valorado has valorado mis gerogrificos de manera positiva. En mi gratitud, plasmo este evento y regreso a mi cueva después de tanto tiempo.
Mujer con cuerpo de Diva y sonrisa
Divina, quien diría que escribiría a quien responde igual a aquella que una vez fue mi Eva, solo que tu tienes tu Adán un verdadero hijo de Dios.
Mujer, bendecida mujer. En ti Dios demostró su parte de hombre y con aires de celos, no permitió que te alejaras de su casa. Mejor así, quizás hubieses sido la Eva de otro Adán, la musa de este cavernario o la Magdalena de ningún Jesús.
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