Me pides que te odie sin nisiquiera haber llegado a amarte, me pides que te olvide sin tener nada para recordarte. Así de irónico es el tiempo, como falaz considerarás mi escrito.
Me pides y lo justificas en que es lo mejor, pero como establecer diferencias si no me has dado a probar lo peor. Entonces, establezcamos culpas sobre la base de inocencias a ver si de una vez y por todas conozco de que se trata la insistencia.
Ya no necesitas pedirme, no complaceré a quien no me ha dado un "por qué ".
No importa lo que ocurra, lo asumiré con mi maltratado orgullo, es mi deber.
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